22 septiembre 2015

De hormigas y muertos

Subsuelo. Txani Rodríguez en Pompas de papel / Radio Euskadi

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A nadie le importa dónde aparecen los muertos. Esta es una frase, una idea, que se repite en la última novela de Marcelo Luján, pero no estamos, desde luego, ante una repetición gratuita. De algún modo, esa frase resulta reveladora porque hay muertos en Subsuelo y parecen cambiar de lugar. Pero vayamos a la trama: la novela está protagonizada por dos hermanos mellizos adolescentes. Pasan el verano con sus padres y otro matrimonio que tiene a su vez otros dos hijos. Es agosto y se encuentran en una parcela, en un valle, rodeados de abedules. Hay una casa, un porche, una piscina, un pantano. Y también hormigas, muchas hormigas y muy molestas. Sin muchos más datos que esos, ya en las primeras páginas, en los primeros párrafos, intuimos que va a suceder algo terrible.

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