29 mayo 2007

Fragmentos

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"yo tu fantasma tu descuido tu indolencia tu lagrimita seca de las tardes en que Juanjo apenas te saludaba y mentía y ocultaba y se rajaba nervioso por aquella puerta para ir a mi encuentro ay vos mi eterna certidumbre mi maldición mi pesar de cada día de cada hora ese saber concreto de que si Juanjo no estaba conmigo entonces el padre ejemplar el beso en la mejilla al regresar de la oficina qué hombre tan atareado no es fácil llevar adelante una empresa como la que lleva las mujeres de antes eran así Emilse eran la cena servida puntualmente el almuerzo servido puntualmente la casa en orden el plumero a mano el incienso flotando entre los rencores de ropas bien planchadas la cama hecha con pulcritud la cama las sábanas el blanco de las sábanas el ubicarte debajo de él boca arriba nada de cosas raras aunque siguiera avanzando y te lo pidiera el cuerpo o un marido que sí avanzaba con el mundo nada de porquerías ni piruetas ideadas por satanás ni eso dentro de la boca Dios mío queriendo entrar abrir perforar doler donde no debe claro las porquerías me las hacía a mí a la que soñaba con ser vos plumeros y tacitas ordenadas en el aparador a mí Emilse no a vos claro porque es lo que digo las mujeres de antes eran así de santas así de vírgenes así de ilusas y educadas y no quiero decir sumisas pero vivían de las migajas del silencio del cuidadito todo tan cercano a la servidumbre al agachar la cabeza al no digas no pienses en voz alta el qué dirán sobrevolando las miserias y los relojes"
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La otra (fragmento)