Subsuelo. Óscar Brox en Détour
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Ruido de fondo. Murmullo. Una colonia de hormigas invade lentamente la parcela de una familia. Se cuela entre su hierba, trepa por sus árboles y descansa en el bordillo de la piscina. En verano los insectos funcionan como los antiguos presagios, arrojan luz sobre esa zona que preserva lo más íntimo; el lugar en el que decidimos esconder nuestros secretos. Lo acechan, lo atacan y lo desnudan, en busca de esa herida que la distancia con respecto al pasado no ha conseguido mantener oculta. O sí, al precio de recuperar obsesivamente un nombre, una persona y un instante; un momento traumático que la tenacidad del olvido no ha sabido borrar de la memoria, cuyo efecto es más devastador a medida que percibimos que nunca podremos desembarazarnos de él. Abandonarlo. Porque, después de todos esos años, se ha mezclado con nuestra sangre y una pizca de ese dolor silencioso contagia, envenena, cada nueva vivencia que añadimos.
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