09 noviembre 2008

Fechas

Qué te voy a dar mañana, cuando suene el despertador que separa con un hacha (de mala forma, para colmo) el sueño de la vigilia. Qué te voy a dar. Qué, medialuna mía. Decime qué. Si el tiempo sólo juega en el equipo del olvido. En el equipo que gana todos los partidos y todas la copas y todas las competencias incluidas las de régimen amistoso. El tiempo es la estrella del equipo eternamente invicto. El tiempo: todo lo que tengo y todo lo que tenemos. Entonces qué. Qué envuelvo y a qué le pongo moño. Qué. Tatuame un elefante en la frente para que su memoria se acople a la mía. Ya no me acuerdo de casi nada: me olvidé cuándo es o sucede tu cumpleaños, me olvidé el número mágico de tu DNI, las iniciales de tu coche, me olvidé el sistema que había construido para que el sonido crispado del despertador sólo fuera eso: un mero sonido y no un separador y no un miserable separador. Por eso cuando dentro de un rato suene. Por eso cuando suene y se termine el sueño y comience la jornada crucial, no sabré qué darte. Y tengo que darte algo. Algo importante y maravilloso. Tengo que hacerlo, medialuna mía. Porque a la hora de la cena pasan por la tele y en directo un partido insoportable donde siempre gana el mismo equipo.
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extraído de
Arder en el invierno