31 agosto 2011

Vendettas en el oeste peninsular

Desde hace unos días se corre la bola de que el Premio Felipe Trigo, en su edición 2011, está a un palmo de suspenderse, de palmarla, como se dice en el barrio. Los que alguna vez participamos de este premio sabemos perfectamente que es una de las convocatorias (de buena dotación económica y que publique una editorial comercial) más transparentes que quedan para novelas inéditas.
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La noticia me entristece (probablemente se suspenderá). Me entristece. Mucho.
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¿Motivos? Presupuestarios, dicen desde la Junta de Extremadura.
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Ahora bien. ¿Cuánto cuesta el Premio Felipe Trigo? ¿60mil euros? En total, digo. Pagando a los ganadores, a los jurados, pagando la gala de proclamación, la edición, etcétera. No puede ser más de 60 ó 70mil euros.
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Ese dinero nunca lo ha puesto en su totalidad la Junta de Extremadura. Colaboran entidades privadas, la Diputación de Badajoz y el Ayuntamiento de Villanueva de la Serena (actualmente, como si de un milagro se tratara, en manos de la oposición).
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Entonces, ¿cuánto pone la Junta de Extremadura en realidad? ¿La mitad? Pregunto. Y lo pregunto porque sea cual fuese la respuesta, nunca será acertada la negación de esa suma. Y mucho menos amparándose en lo que se amparan estos señores políticos.
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Desde el profundo cariño que le tengo a la región, debo decir que el Premio Felipe Trigo no sólo es uno de los más importantes de España sino que es el premio literario más importante de Extremadura.
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¿Qué significan 30mil euros en el presupuesto anual de una Comunidad Autónoma? ¿Vale la pena cargarse el premio literario más importante para ahorrarse 30mil euros?
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Me parece que el señor Monago -tan aficionado a las redes sociales, ¿y a las carambolas?- se escuda en los aspectos presupuestarios porque en el fondo los tiros van por otro lado.
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Personalmente creo que es un problema estrictamente político. Una de las tantas vendettas a las que tendrá que acostumbrarse la región, después de que las bases de otro partido político perdieran los papeles –y la vergüenza- y traicionaran a todo su electorado.
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Tengo la secreta esperanza de que en las próximas elecciones, ese otro partido político -en Extremadura-, no saque ni un solo voto.
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Ah, por supuesto: y ojalá se siga fallando el Felipe Trigo.